jueves, junio 09, 2005

Las otra cara de una guerra

La segunda guerra mundial fue una tragedia sin precedentes; de eso no hay duda: alrededor de 55 millones de muertos en apenas 5 años de guerra, de las cuales, unas 28 de ellas fueron civiles. La economia europea recibiria un duro golpe e incontables ciudades, edificios e infraestructuras fueron reducidas a escombros; sin embargo, en medio de tanto dolor tambien hubo episodios melodramaticos, absurdos, comicos o sorprendentes. Todas estas anecdotas han sido recogidas por Jesús Hernandez en su libro Las cien mejores anécdotas de la segunda guerra mundial. Para que os hagais una idea, he aqui algunas anecdotas, (resumidas) que podreis encontrar en este curioso y entretenido libro:
Huida de la prisión:
En la prisión de Colditz, antaño castillo, fueron recluidos los presos aliados más ingeniosos y proclives a las fugas. La originalidad de algunos intentos no tienen precio; el oficial Mainess-Lebrun consiguio evadirse disfrazado de civil; pero fue arrestado ante una llamada de un alemán desconfiado. Sin embargo no se dio por rendido y a su vuelta consiguio un pantalon de gimnasia y se ejercito dia y noche; un dia, repentinamente y ante la atonita mirada de los guardias; Mainess-Lebrun se encamino a toda velocidad hacia el muro, y ayudado por un compañero que le sirvio de apoyo, salto por encima de los algo más de 3 metros de muro; con unos guantes trepo por la alambrada del perimetro y se interno en el bosque... conseguiria volver a Francia donde se uniria a la Resistencia. A veces, la solución más obvia es la más sencilla.
El teniente Boulay consiguio hacer un convincente disfraz de mujer. Con el aspecto de una inocente fraülein, Boulay atraveso la puerta principal sin despertar sospechas, tomada por la esposa de algun oficial; sin embargo al teniente se le cayo el reloj y el centinela muy educado se lo recogio y entrego; Boulay correspondio el gesto con un ronco danke, momento en el que fue descubierto.
Sin embargo el colmo de la ingeniosidad fue el plan de evasión en un planeador casero echo con materiales como mantas, listones de madera de las camas, cucharas, etc... Aunque no llego a volar, puesto que los aliados liberaron el campo, un estudio aeronautico demostro que la maquina hubiese funcionado.
Una bomba muy oportuna:
En una pequeña aldea al sur de Italia, un grupo de soldados alemanés, espoleados por el alcohol se dedico ha aterrorizar a la población. Los americanos iniciaron una descarga de artilleria, momento en el cual huyeron los soldados, a excepción de uno, que ante la impotente mirada de los aldeanos, los alineaba frente a una pared para fusilarlos; sin embargo casualidades de la guerra, uno de los proyectiles de artilleria alcanzo un edificio, cuyos escombros sepultaron al alemá en el último momento.
Un gangster muy popular:
La propaganda siempre ha ido unida a la guerra, con la idea de animar a tus hombres y desmoralizar al enemigo. Una foto de Churchill revisando un subfusil llego a las manos alemanas, que lo representaron como un sanguinario y despiadado gangster; la idea era que los britanicos empezaran a mostrar animadversion por tan pintoresco lider, sin embargo la foto no hizo sino hacerle más popular.
Image hosted by Photobucket.com
Innodoros vieneses:
Muchos soldados rusos eran campesinos desconocedores de las comodidades del mundo occidental. Cuando descubrieron los innodoros, los soldados pensaron que eran algun tipo de nevera donde guardar alimentos; sin embargo al tirar de la cadena vieron furibundos que sus provisiones desaparecian y acusaron a los civiles de sabotearlos. Más de un asutado vienes tuvo que hacer una demostración para convencer a los rusos de cual era su uso.
Bomba de madera:
Para engañar a, los cada vez, más numerosos bombarderos que atacaban Alemania. Los servicios de inteligencia alemanes fabricaron todo un pueblo de madera para despistar a los aviones. Sin embargo, su estratagema no surtio exito, y prueba de ello fue que los servicios de inteligencia aliados consiguieron convencer a la RAF (fuerzas aereas inglesas) para bombardear el pueblo con bombas de madera.
Estos y muchas más anecdotas estan presentes en este libro, acompañado por unas muy interesantes y didacticas anotaciones a pie de pagina. Recomendable a los amantes de la segunda guerra mundial y a todo aquel que le guste leer historias curiosas y sorprendentes.

Etiquetas: ,

2 Comments:

Blogger Fiodor M. Dostoievski said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

1:23 p. m.  
Blogger Fiodor M. Dostoievski said...

A ver si puedo conseguir el libro. Suena de lo más interesante.

5:45 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home